Actividad 1 #ticunam

Durante esta última semana, he estado leyendo las lecturas recomendadas del libro "Los desafíos de las TIC para el cambio educativo" y he conectado lo que he leído con este vídeo que os recomiendo vivamente ver. Está en inglés pero merece la pena verlo puesto que está muy bien ilustrado.

En la primera actividad se nos pide que identifiquemos una institución educativa y que reflexionemos sobre ella en una serie de cuestiones sobre el futuro de la misma. La institución educativa de la que voy a hablar es mi propio instituto, en el que trabajo día a día.

Mi centro es  un centro de secundaria, bachillerato y ciclos formativos (de grado medio y superior). Es un centro público que depende de la Junta de Andalucía en el que trabajamos 67 profesores y aproximadamente un equipo de personal no docente de 9 personas (entre equipo de limpieza y conserjes) para un total de algo más de 900 alumnos/as. El nivel socio-económico del pueblo en el que está es medio; en cuanto al nivel cultural es un poco más bajo, valorándose otras cosas más en la vida que todo lo referente a la vida escolar y cultural. Dicho todo esto con honrosas excepciones por supuesto.

Mi instituto ayuda a la localidad en la medida en que el alumnado debe aprender a vivir en un pequeño mundo con normas y consecuencias negativas o positivas según sus actos. Hay un programa lector que fomenta la lectura, una biblioteca escolar moderna, con Twitter incluido (@tartessosbiblio), un programa de igualdad, otro de seguridad,otro de implementación de las TIC, una página web del centro en la plataforma Helvia, varios profesores/as tienen blogs, propios y/o con el alumnado, wikis... en fin, es un centro muy vivo. Sin embargo, resulta que no es suficiente. Nuestros resultados no son lo suficientemente buenos según la inspección.

Al ser un instituto público, el profesorado ha de moverse siempre muy pegado a lo que la administración educativa requiere de él, coartando a veces en demasía su libertad de cátedra. Tal y como yo lo veo, el reto de la administración educativa que pretenden atender es el de elevar el número de aprobados entre nuestro alumnado y lo hace revisando cómo se evalúa al alumnado y no cómo el profesorado realiza su trabajo en clases repletas y con alumnado poco receptivo a cambiar su modelo de baja participación en clase (escuela como fábrica en la que el silencio se premia).
Ésta es la última innovación de la administración educativa en mi centro, mandar un batallón de inspectores a ver cómo hacemos las cosas y, sobre todo, qué papeles tenemos escritos sobre nuestra actividad docente. Pienso que esto es así porque es mucho más barato que realmente crear una buena comunidad de docentes que estén bien pagados y tengan ganas de colaborar en un momento tan duro para el profesorado como éste. Se nos ha aumentado la ratio (28 a 30 alumn@s por aula), se nos ha aumentado el nº de horas de docencia (como si dos horas más frente al alumnado no siginificaran más de otra hora más en casa) y se nos ha bajado el sueldo.

Como profesora vocacional que ama su profesión, realmente pienso que el potencial no sale de las puertas de nuestro centro, es decir, ni la administración educativa ni muchas de las familias de nuestro alumnado nos van a apoyar. El cambio lo tenemos que hacer nosotr@s con ese alumnado que no tiene miedo a aprender, a dejarse guíar, a enseñar y compartir su potencial. Me resulta triste pero pienso realmente que el profesorado se siente muy solo. Por eso me interesan tanto las TIC, porque une al profesorado, entre sí -para colaborar, compartir, desahogarse...- y con el alumnado. Muchas veces el profesorado se quema porque no ve más allá de su clase y nada cambia, es el día de la marmota. Esto puede mejorar con la ayuda de las TIC, hay que perder el miedo a equivocarse y a probar cosas nuevas. No somos mejor que nuestro alumnado, solo que somos más expertos en ciertos campos. El profesor es un enseñante/aprendiz de por vida, enseña una asignatura, pero en su comunicación constante con mentes pensantes no viciadas tanto por los prejuicios ni los medios de comunicación, debe ser capaz de aprender también a ver la vida de distintas maneras y por lo tanto a descubrir más fácilmente cómo desarrollar el potencial que tienen enfrente.

Pienso que el cambio está en los docentes, la administración educativa vendrá después a ponerse la medallita. Sobre todo esto se puede hablar largo y tendido. Sé que no estoy en posesión de la verdad absoluta pero realmente creo que se trabaja bien en mi centro, que una de las palancas o motores de cambio es la estabilidad de las plantillas para que el profesorado tenga tiempo de crear modelos mentales y una visión compartida (Senge, 2000). Esta estabilidad puede suplirse con las redes profesionales creadas en Internet pero siguen siendo necesarias en el mundo físico en el que aún trabajamos en un aula con personas que no pueden salir y que funciona como la fábrica que se representa en el vídeo.

A mí no me da miedo cambiar las cosas, quizás a la administración educativa sí.